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Friday, July 25, 2014

Daniel Barenboim opina sobre el drama de Gaza

Este artículo, escrito por nuestro (¡claro que "nuestro"; si es argentino nativo..!) Daniel Barenboim, fue publicado ayer en el diario israelí Haaretz y el original en inglés se puede leer aquí. Se puede estar de acuerdo o no con lo que postula pero debe reconocerse que por sus años de esfuerzo constante para contribuir a la paz entre israelíes y palestinos, Barenboim se ha ganado el derecho de ser tomado en cuenta.



La compasión por ambos lados es una obligación moral   

 POR DANIEL BARENBOIM 

24 de julio 2014

Estoy escribiendo estas palabras como Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas y como una persona que tiene dos pasaportes: uno israelí y otro palestino. Escribo con el corazón entristecido por los eventos en Gaza durante las últimas semanas. Han confirmado mi antigua convicción de que no existe una solución militar al conflicto palestino-israelí. No es un conflicto político, sino humano: dos pueblos comparten la convicción profunda y aparentemente irreconciliable de que tienen derecho a la misma pequeña porción de tierra, y que el otro no. 
Debido a que este hecho se ha descuidado en todas las negociaciones, todos los intentos de hallar un solución al conflicto han fracasado. En lugar de reconocer esta verdad y tratar de resolverla, las partes han estado buscando soluciones más fáciles y rápidas. Por desgracia, como en todos los temas importantes, no hay atajos cuando se trata de resolver este problema. Los atajos sólo funcionan cuando conocemos el territorio y en este caso, nadie posee ese conocimiento y la esencia del conflicto sigue siendo desconocida e inexplorada.
Me solidarizo con el miedo con el que mis conciudadanos israelíes viven hoy en día: los sonidos constantes de los misiles, el saber que uno mismo o alguien muy cercano puede resultar herido. Pero también siento una profunda compasión por la suerte de mis conciudadanos palestinos en Gaza, que viven en el terror y lamentan sus trágicas pérdidas día tras día. Después de décadas de devastación y pérdidas por ambas partes, el conflicto ha alcanzado hoy un nivel inimaginable de horror y desesperación. De ahí que me atreva a proponer que este puede ser el momento de buscar una solución real y verdadera al problema. Un alto el fuego es, por supuesto, indispensable, pero, de lejos, no es suficiente. La única manera de salir de esta tragedia, la única manera de evitar más espanto y horror es precisamente aprovechar la desesperado de la situación para obligar a todos a hablar unos con otros. No tiene sentido que Israel se niegue a negociar con Hamas o que no quiera reconocer un gobierno palestino de unidad nacional. No, Israel debe escuchar a aquellos palestinos que están en condiciones de hablar en representación de todos.
En el corazón mismo del acercamiento tan indispensable está la necesidad de un sentimiento mutuo de empatía o compasión. En mi opinión, la compasión no es solamente el sentimiento que resulta de una comprensión psicológica de la necesidad de una persona, sino que es una obligación moral. Sólo a través de tratar de comprender la difícil situación del otro podemos dar un paso hacia él. Como dijo Schopenhauer, "nada nos traerá de vuelta a la senda de la justicia con tanta facilidad como la imagen mental de la pena, el dolor y el lamento del perdedor." Y en este conflicto los perdedores somos todos. Sólo podremos superar este triste estado cuando finalmente comencemos a aceptar el sufrimiento y los derechos de la otra parte. Sólo a partir de este entendimiento podemos intentar construir juntos un futuro.



Daniel Barenboim es el director musical general de La Scala de Milan, de la Ópera del Estado y de la Staatskapelle, ambas de Berlín. Junto con el ya fallecido intelectual palestino Edward Said fue co-fundador de la West-Eastern Divan Orchestra, una orquesta -actualmente con sede en Sevilla, España- integrada exclusivamente por jóvenes músicos israelíes y palestinos. Es un Mensajero de la Paz, cargo honorífico que otorgan las Naciones Unidas. 
Sosteniendo una bandera blanca, una mujer palestina huye de su casa con su hija para ponerse a salvo del bombardeo durante una ofensiva israelí al este de Khan Younis, en el sur de la franja de Gaza. (Foto: Haaretz)

Saturday, July 19, 2014

Editorial del NEW YORK TIMES sobre Argentina y los "buitres"

Este es un resumen del editorial que publicó el New York Times el pasado día 5 de este mes de julio sobre el tema del reclamo de pago que los “fondos buitres” le hacen a Argentina.
Dos aclaraciones son pertinentes: 1) yo no resumí el editorial; sólo lo traduje. Sucede que el NYT envía todos los días (a eso de las 3 de la mañana) por e-mail a sus subscriptores una publicación de diez páginas llamada “Times Digest”, con el resumen de las principales noticias y comentarios de la edición impresa. O sea: el mismo NYT resumió el editorial, de modo que este resumen no traiciona el sentido del comentario.                                 
2) se trata de la opinión “oficial” del diario, publicada sin firma en la página editorial. Esta aclaración se me hace necesaria porque frecuentemente leo en los websites de los diarios de Buenos Aires titulares por el estilo de “Dura crítica del NYT a la Argentina” o “El NYT critica duramente que Cristina haya dicho que…” (en fin, ustedes entienden). Y la mayoría de las veces NO es el NYT el que “critica duramente” sino algún columnista o algún entrevistado en un reportaje, etcétera. (Volveré sobre esto es futuros postings).

LECCIONES QUE DEJA LA BATALLA DE LOS BONOS ARGENTINOS

Una larga disputa legal entre la Argentina e inversores que tienen algunos bonos podría forzar a ese país a declarar, para fin de mes, un default sobre su deuda externa. Sería un golpe feo para la economía argentina y podría hacer que en el futuro las reestructuraciones de deuda de otros países sean más difíciles.

La disputa arrancó la última vez que Argentina defaulteó sus bonos, en 2001. Eventualmente, el país alcanzó un acuerdo con la mayoría de los inversores, que aceptaron cobrar un pequeño porcentaje de los más de ocho mil millones de dólares que se les debían pero unos pocos tenedores de esos bonos, incluyendo los fondos Elliott Management y Aurelius Capital, buscaron un mejor arreglo y demandaron a Argentina ante los tribunales de New York, exigiendo el pago total de los bonos que detentaban: mil trescientos cincuenta millones.
El mes pasado, la Suprema Corte rehusó oír la apelación de Argentina respecto al fallo de una corte inferior que ordenó a ese país pagarles a los holdouts lo que reclaman para que "recibieran el mismo trato" que quienes aceptaron la reestructuración. Como resultado, es probable que –de no llegarse a un acuerdo con los primeros- el país deba declarar el default sobre los bonos reestructurados.
Ambas partes –el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner y los fondos de cobertura- deben alcanzar una solución de compromiso cuando la semana próxima comiencen a negociar. Un default debilitaría la confianza de otros inversores (hay analistas que dicen que Argentina ya está en recesión).
El caso de Argentina y otros similares debería forzar un modo más realista de manejar los defaults de gobiernos en problemas. Un estudio publicado en mayo último muestra que en los últimos años la mitad de las deudas soberanas han entrado en disputas legales (en los 80s sólo sucedía eso con el 5 por ciento de las deudas).
Una solución podría permitir que esos gobiernos se declaren en bancarrota. Pero esa idea nunca prosperó porque las naciones tendrían que hacer cesiones parciales de su soberanía para implementar el sistema. Una solución más práctica sería que gobiernos y bonistas inserten cláusulas en futuros contratos, permitiendo la reestructuración total de las deudas si dos tercios de los inversores lo aceptan. Esas provisiones facilitarían los acuerdos respecto a bonos y otras deudas.
Expertos legales dicen que siempre habrá un grupo de bonistas que intente detener las reestructuraciones. Pero tanto los políticos como la mayoría de inversores tienen interés en hacer todo lo posible para minimizar el riesgo de largos pleitos que pueden tener severas consecuencias económicas.

Tuesday, July 01, 2014

No se puede creeer

Desde hace ya bastante tiempo evito publicar aquí notas referidas a la actualidad política argentina. Pienso que una ausencia de ya más de 35 (treinta y cinco) años me expone a pecar de arrogante si pretendo opinar sobre acontecimientos de los que, en realidad, no soy testigo presencial.
Voy a hacer una excepción.
Sabido es que los periódicos de más tiraje de la ciudad de Buenos Aires no son fanáticos partidarios de la Selección de Fútbol que está jugando la Copa Mundial en el Brasil. Es esperable, pues, que no se muestren como entusiastas propagandistas de su desempeño. Pero esto ya me parece demasiado.


ESTO la ha publicado "La Nación" inmediatamente después del triunfo de la Selección Argentina frente a la de Suiza. ESTO lo ha publicado "La Nación" ahora que la Selección Argentina ha conseguido cinco victorias, está invicta y ya integra el grupo de las 8 (ocho mejores). ESTO:  "la selección (...) sigue sin convencer".
¿Es posible concebir que la oposición de ese benemérito diario al actual gobierno argentino se extienda hasta una negación tan completa de la realidad? ¿Cinco victorias consecutivas no lo convencen a quien diseñó ese titular y/o escribió esa nota? ¿Quien se cree que es? ¿Miguel de Unamuno espetándole "vencereis pero no convencereís" a Millan de Astray en 1936 al comienzo de la Guerra Civil Española? 
¿Es que esa gente vive su oposición como una guerra?
¿Sí?
¿Otra vez?